Escritura colaborativa con Google Docs miércoles, 29 de diciembre de 2010

En los centros de enseñanza, los equipos docentes trabajan, de forma continua, en la elaboración de documentos generales; tales como los proyectos curriculares o el plan educativo, por poner sólo un par de ejemplos de los más representativos. El procedimiento habitual comienza por la recopilación de las distintas aportaciones, seguida de una edición de todo el conjunto, a fin de estructurar y maquetar dicho documento bajo unos criterios homogéneos, que dará lugar, finalmente, a un producto colaborativo coherente en cuanto a contenido y forma.

Este trabajo colectivo se basa en la “coordinación”. Algo que, en muchas ocasiones, es difícil llevar a cabo en los centros por problemas de horario. Aunque se dediquen horas de exclusiva periódicas a las reuniones de ciclo, aún sigue faltando tiempo para lograr una buena coordinación. Pero la cosa se complica aún más en el caso de los grupos de trabajo, proyectos de aprendizaje o, simplemente, en el contacto internivelar de los ciclos; en muchísimos casos reducido a encuentros por los pasillos y a conversaciones fugaces.

Muchos grupos docentes, comprometidos con su labor, llegan incluso a coordinarse en horas no laborales, quedando físicamente, bien en el propio centro, o en otros lugares, con todos los problemas que ello implica de movilidad y tiempo.

Afortunadamente, Internet y determinadas herramientas online, están abriendo un canal de coordinación nuevo, funcional y muy eficaz para el trabajo colaborativo entre docentes. La escritura, edición y revisión de un documento por un grupo de personas, ya sea en tiempo real o de manera asíncrona, encuentra en Google Docs uno de sus mejores aliados.

Coordinación instantánea desde cualquier lugar.

Imaginemos, por ejemplo, que cuatro maestros que trabajan en un mismo centro, pero viven en localidades distintas, quieren iniciar con sus alumnos un proyecto de aprendizaje cooperativo. El proceso pasa por sesiones preliminares de brainstorming e intercambio de ideas, establecimiento de bases, diseño de actividades, secuenciación, etc. Si cada componente tiene cuenta en Google pueden llevar a cabo todas estas acciones, y más, de forma virtual y sin moverse de sus casas, gracias a una herramienta gratuita llamada Google Docs.

Básicamente, Google Docs & Spreadsheets es un procesador de textos online, con las funcionalidades básicas de un software de ofimática. Pero, además, permite hacer también hojas de cálculo, presentaciones y dibujos, por lo que se convierte, realmente, en un todo en uno. Los documentos creados, o subidos a Google Docs, quedan guardados en el espacio web, por lo que los tendremos siempre a nuestra disposición, bien localizados y accesibles desde cualquier lugar.

Hay que decir que Google Docs no es el único servicio existente en Internet que permite escribir colaborativamente. A continuación muestro un listado de otros servicios.

La ventaja que le veo a Google Docs es su integración con el resto de servicios de Google, su versatilidad y, evidentemente, el ser gratuito. Sus principales características, en cuanto a escritura colaborativa, son:

  • Ser una herramienta online.
  • Permitir la coedición tanto en tiempo real como de forma asíncrona.
  • Contar con chat para coordinar mejor la escritura colaborativa entre los participantes.
  • Tener historial de ediciones, por si se quiere volver a un estado anterior del documento.
  • Posibilidad de trabajar de forma privada (o restringida) y pública.
  • Añadir comentarios
  • Corrector ortográfico.
  • Exportación a archivos con extensiones: doc, xls, pdf, html, txt, rtf, odt y sxw.
  • Suscripción vía RSS para seguir las modificaciones de un documento.

Nota: por el momento, no permite recibir actualizaciones de un documento mediante suscripción vía email.

Es importante recalcar que todos los participantes en un documento colaborativo de Google Docs deben tener cuenta en Google.

El siguiente vídeo muestra cómo crear un documento, hacerlo colaborativo e invitar a otras personas a participar en su realización; aunque este ejemplo pertenece al mundo empresarial, el proceso puede aplicarse igualmente al trabajo colaborativo en Educación.



Algunos consejos de organización y funcionamiento.

Cuando varias personas trabajen sobre un documento a través de Google Docs es conveniente que alguien ejerza de coordinador y, entre otras cosas, controle la edición, para evitar, por ejemplo, que algún miembro borre contenidos que otros puedan encontrar relevantes. Aunque la función historial es útil en caso de equívocos, no es conveniente estar recurriendo a ella de forma continua, pues la restauración del documento en un punto determinado elimina todas las modificaciones, válidas o no, realizadas a partir de ese momento.

Usar el chat a medida que se está trabajando en un documento ayuda a establecer un cierto orden en las acciones. Si no hay un mínimo de organización en la edición colectiva pueden generarse confusiones, por ejemplo, al escribir más de una persona al mismo tiempo en un mismo lugar del escrito.

Clarifica mucho el trabajo colaborativo el que cada miembro escriba en un color diferente. Así se ve perfectamente la procedencia de cada aportación y facilita enormemente la coordinación.

Cuando un documento se da por terminado, o bien el colectivo de participantes decide sacar un previo bien formateado, probablemente sea más operativo para el coordinador bajar el documento al ordenador y formatearlo offline en Word o Writer, por ejemplo. Luego volvería a subirlo a Google Docs, ya modificado, para que el resto de los colaboradores pudieran volver a tener acceso a éste.

Google Docs + Google Sites.

Cuando el proyecto a realizar es largo o va a contar con varias partes en su estructura, probablemente es más efectivo trabajar en varios documentos y luego reunirlos, estructurados, en algún lugar parecido a una wiki, donde podamos darle forma al trabajo en su conjunto. Para ello, tenemos otro servicio de Google que integra perfectamente con Google Docs. Se trata de Google Site. Google Sites es un espacio web donde poder mostrar texto, presentaciones, vídeos, imágenes, archivos adjuntos y gadgets de Google en general.

A la inversa, Google Site también nos puede servir como lugar donde colgar información que sirva de punto de partida para la creación de documentos colaborativos. Son, en definitiva, dos herramientas complementarias muy recomendables a la hora de trabajar en grupo sobre un proyecto.

Escribir colaborativamente un documento, sobretodo en tiempo real, es toda una experiencia. Esta actividad virtual compromete, además, mucho más al colectivo, al existir un feedback inmediato; por lo que mejora, en mucho, la dinámica de grupo. Lo ideal es conseguir una justa combinación entre la virtualidad y la reunión de trabajo presencial; con preferencia, claro está, de ésta última.

Imagen "Article Collaboration and Improvement Drive" (David Vignoni), extraída de Wikimedia Commons.

Stop motion en el aula jueves, 23 de diciembre de 2010

Alguna que otra vez, recuerdo de niño haber dibujado monigotes en la esquina de las hojas de un cuaderno o de un libro, que, al pasarlas luego rápidamente con el pulgar, daban lugar a una pequeña animación, según había ido variando el dibujo en cada una de las hojas para que el muñequito en cuestión diera la sensación de moverse. Si saberlo, estaba haciendo “stop motion”. Esta técnica se basa, precisamente, en simular movimiento mediante la presentación sucesiva y regular de una serie de instantáneas.

Existen distintas variantes de stop motion. Una de las más completas (en inglés denominada “claymation”) produce la animación combinando el movimiento resultante de la sucesión de imágenes fijas y el modelado de materiales maleables como la plastilina. Por otra parte, las formas más fáciles de stop motion se basan únicamente en la presentación, a periodos regulares de tiempo, de imágenes sucesivas en torno a materiales sólidos.

Esta técnica de animación, en su desarrollo más sencillo, puede ser una interesante actividad en Educación Primaria, en tanto que los propios alumnos pueden construir animaciones sin muchas complicaciones; aunque, como es lógico, el maestro es quien tendrá que realizar la posterior edición y producción, pues hay que saber utilizar un software específico, del que hablaré más adelante. No obstante, tampoco es necesario ser un experto para llevar a cabo el montaje de la película animada; de hecho, a nivel de Secundaria, los propios alumnos podrían encargarse de esta labor, guiada y supervisada por el docente.

¿Cómo hacer stop motion?

En su modalidad más sencilla, la técnica de stop motion puede constituir la base de interesantes actividades o proyectos en Primaria. El material que se necesita para ello no es costoso.

  • La idea.
  • El objeto/s a animar.
  • Una superficie lisa y diáfana donde mover el objeto/s.
  • Una cámara de fotos digital.
  • Un trípode, para captar la imagen fija y sin movimientos en el plano.
  • Software de edición de vídeo.

Respecto al software, tenemos varias posibilidades dependiendo tanto del sistema informático que utilicemos como de nuestras necesidades.

  • JPGVideo: Programa freeware para PC que permite cargar fotos en lote y armar la animación de forma sencilla.
  • Adobe Premiere: Famoso y potentísimo software de edición de vídeo, para montajes más exigentes.
  • iMovie y iStopMotion: Dos Buenos programas para Mac que permiten montar stop motion.
  • Cinelerra: Versátil editor de vídeo para Linux.
  • Stopmotion: Software específico de para esta técnica, en Linux.

A continuación, un vídeo del portal Practicopedia que muestra un ejemplo simple de cómo hacer stop motion.



También añado, como referencia útil, los siguientes enlaces a otros vídeos.

Hay un par de consejos que se repite en la inmensa mayoría de sitios web consultados para elaborar este post. Por un lado, recomiendan establecer aproximadamente 10 fotos por cada segundo de animación; y por otro, configurar la cámara digital de fotos a resolución baja, a fin de manejar lotes de imágenes de volumen no excesivo.

Una animación en stop motion como proyecto de aprendizaje.

Antes de hablar sobre los posibles usos educativos de esta técnica de animación, muestro un extraordinario proyecto de stop motion que encontré en la Red, realizado por la maestra Raffaella Traniello en una escuela de Educación Primaria italiana con niños de segundo ciclo. El proceso se combina con distintas técnicas plásticas.

El primer vídeo es el trabajo terminado; y el segundo, el making-of, donde se ve cómo se ha articulado el trabajo en el aula.

Chiarastella from Raffaella Traniello on Vimeo.


The making of Chiarastella from Raffaella Traniello on Vimeo.

El vídeo, como medio de expresión, está relacionado sobretodo con la Competencia en comunicación lingüística; el vídeo anterior es una buena prueba de ello. Las posibilidades de uso son muchísimas; tantas como nuestra imaginación nos permita. Sin embargo, no sólo se pueden contar historias. En Conocimiento del Medio (Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico y natural), por ejemplo, los alumnos pueden representar fenómenos naturales a través de animaciones: el ciclo del agua, la actividad de un volcán, el movimiento humano, experimentos científicos, etc; o hechos históricos: Descubrimiento de América, historia de las civilizaciones, etc.

Podemos trabajar la competencia de razonamiento matemático específicamente, representando una explicación o proceso; aunque a lo largo de la actividad, como vemos en el vídeo, el alumno tiene que medir, dibujar figuras geométricas o calcular proporciones, por lo que el componente matemático está implícito.

También es evidente la práctica de la competencia cultural y artística en el diseño y realización de personajes y escenarios, mediante distintas técnicas plásticas, materiales, procedimientos y conceptos (como la perspectiva). Realizar en el aula una animación en stop motion, parecida a la del vídeo que nos sirve de ejemplo, ayuda a mejorar las habilidades adquiridas en el área de Educación Artística. Si a ello sumamos la posibilidad de montar e interpretar con los alumnos la banda sonora y grabar los efectos especiales, implicamos también el área de Música.

La Competencia digital y tratamiento de la información cobra gran protagonismo, puesto que el alumno se familiariza con muchos procedimientos propios de la cinematografía; como el trabajo con la cámara digital, el tratamiento de la iluminación, el procedimiento de ir creando los fotogramas que servirán de base para la animación, los planos, etc.

Finalmente, el trabajo en equipo que conlleva un proyecto así, desarrolla, por un lado, el fortalecimiento de los vínculos cooperativos del grupo – clase, y por otro, la iniciativa y valoración personal en la creatividad de los distintos elementos que conforman la trama de la animación.

Toda historia necesita un planteamiento previo o boceto. En el caso del cine, ese planteamiento se llama storyboard; que, en definitiva, puede resumirse en una especie de cómic en viñetas, con acotaciones técnicas. Por tanto, este post enlaza con otro anterior de este blog, titulado “El cómic como proyecto de aprendizaje”, del que recomiendo su lectura.

Imagen: "Large format camera lens" (Joanjoc), extraída de Wikimedia Commons.

La etimología, un recurso para comprender mejor sábado, 11 de diciembre de 2010

Si pretendemos hacer de nuestros alumnos personas bien formadas y competentes para entender el medio y actuar en él, debemos mejorar el nivel de comprensión del alumnado, haciendo que lleguen mejor y más directamente a los conceptos y terminología propios de los aprendizajes.

Todos tenemos claro que se “aprende haciendo”, pero considero que ese aprendizaje práctico que aspiramos originar en nuestros alumnos no va a ser significativo si no cuenta con un andamiaje conceptual claro y certero. De lo contrario, un proyecto de aprendizaje, en principio destinado a activar determinadas competencias, se puede quedar en un desarrollo de procedimientos y habilidades al efecto; es decir, conseguir un producto final que el alumno recordará como una bonita experiencia y poco más. Si verdaderamente queremos movilizar al alumnado, logrando que sean competentes de forma efectiva, tenemos que procurar que las bases conceptuales del alumno estén claras desde el principio.

Puesto que la lectura es uno de los más importantes medios de aprendizaje, hay que conseguir que nuestros alumnos comprendan lo que leen. Éste es un tema complicado puesto que, en muchos casos, entran en liza dificultades a nivel cognitivo. Sin embargo, hay algo que puede servir de llave para desbloquear la mayoría de los problemas habituales de comprensión en el alumnado: me refiero al conocimiento etimológico de las palabras.

Recuerdo mis años de latín y griego en BUP y COU con satisfacción por cuanto aprendí, y por todo cuanto me permitió aprender posteriormente. El mero conocimiento de muchos prefijos y sufijos, tanto latinos como griegos, me permitía comprender mucho mejor conceptos en el resto de materias del currículum, así como muchísimos términos, hechos y fenómenos de mi entorno; de los que sabía su existencia, pero no tanto su significación o funcionamiento. Actualmente, estos estudios han sido barridos del sistema educativo, existiendo únicamente a nivel optativo en 4º de ESO y en el Bachillerato de Ciencias Sociales; aunque, ni por un asomo, pueden compararse a la trascendencia de las épocas BUP o COU.

El conocimiento etimológico de las palabras debería empezar en Primaria, tomando un lugar destacado en las estrategias adoptadas para mejorar el nivel de comprensión.

Si el alumno ha de plantearse “hacia dónde ir”, tiene que tener claro primero “de dónde viene”; debe existir un entramado inicial sólido y no partir únicamente de sus propias ideas previas, generalmente muy confusas. El conocimiento de la etimología es parte de esa organización conceptual previa y sólida antes de llegar al conocimiento. Ilustraré esta idea con un ejemplo. Si les presentamos a nuestros alumnos el concepto de la fotosíntesis, los chicos tendrán una idea previa más certera si antes saben que “foto” (o photos) significa luz, que el prefijo “sin” viene a querer decir “con” o “al mismo tiempo” y que el término “tesis” alude a “poner” o “colocar”. Así, una primera representación mental llevaría al alumno a pensar algo así como “puesto o hecho con la luz”; expresión bastante cercana a lo que tiene lugar en el proceso de la fotosíntesis. Esto allanaría bastante la comprensión posterior. Además, por el carácter viral de la semántica de estos prefijos y sufijos, el alumno puede intuir rápidamente el significado de otros términos como “síntesis” o “antítesis”, entre otros.

Prefijos, sufijos y mucho más.

La etimología (del griego etimon = “significado verdadero”; y logía = “tratado o estudio”, derivado del término logos) no se reduce a una recopilación de prefijos y sufijos griegos y latinos, sino que también se encarga de estudiar el origen general de las palabras, su evolución, así como su relación con otros términos. Además, existe una variante llamada “etimología popular” que estudia la interpretación que en el lenguaje corriente se le da a una palabra, relacionándola con otra de distinta procedencia.

Todas estas ideas ponen de relieve la gran ayuda que la etimología puede brindarnos en Educación Primaria. Por lo pronto, su práctica regular mejoraría y enriquecería el vocabulario de nuestros alumnos, así como la ortografía, constituyendo por sí misma una metodología ortográfica. Por otra parte, decir etimología es como decir cultura y conocimientos enriquecedores en pequeñas dosis. Incluso puede servir de aproximación a los temas de historia de Conocimiento del Medio. Pero su verdadero valor, como decía antes, se encuentra en la mejora de la comprensión en general; es decir, favorece la competencia para aprender a aprender.

La etimología como base de proyectos de aprendizaje.

Una actividad que me parecería fundamental realizar desde tercero de Primaria es la elaboración en clase de un banco etimológico de palabras. Sería una práctica diaria muy productiva en la que no invertiríamos más de diez minutos. Cada día, uno o dos alumnos estarían encargados de buscar unos datos básicos sobre la etimología de una palabra, siguiendo una sencilla ficha al efecto; y al día siguiente, nada más comenzar la clase, la leerían en voz alta a sus compañeros. Estas fichas pasarían a formar parte de un archivo etimológico de aula, a disposición de todos para su consulta o repaso. Las palabras a investigar pueden ser las aparecidas en lecturas de clase o unidades de cualquier área curricular, de las que se acuerde su búsqueda para el día siguiente. La labor de investigación sería rotatoria como un cargo más de clase. Lo ideal de esta actividad es que se desarrollara de forma internivelar; es decir, que los alumnos la mantuvieran hasta sexto de Primaria sin interrupción.

Como proyecto de aprendizaje, la etimología da mucho juego. Un proyecto muy interesante sería el publicar ese archivo etimológico de palabras antes aludido en forma de libro colaborativo, mural, o bajo alguno de los muchos soportes digitales existentes hoy día gracias a la informática e Internet (presentaciones, vídeos, etc).

Algunas ideas inspiradoras pueden ser:
  • Representar la historia de las palabras iconográficamente.
  • Hacer mapas sobre la etimología de un campo semántico, a modo de monografía.
  • Elaborar juegos combinatorios de prefijos y sufijos griegos y latinos para formar (e incluso crear) palabras.
  • Creación de líneas de tiempo sobre palabras.
  • Elaboración de rutas geográficas e históricas de palabras.
Las aulas siempre deberían estar dotadas de un buen diccionario etimológico, o enciclopedia donde aparezca la raíz semántica de cada término. Es curioso ver que en Internet no existe un diccionario etimológico online en condiciones; no obstante añado tres sitios de referencia que nuestros alumnos deberían tener entre sus marcadores favoritos del navegador.
Los filósofos de la Antigüedad, en muchos casos, buscaban la esencia de las cosas a través del estudio de las palabras. Hagamos de nuestros alumnos buscadores de la verdad, facilitándoles la comprensión de las cosas a través de esta llave maestra que es la etimología.

Imagen "Latin Letters", extraída de Wikimedia Commons.

El cómic como proyecto de aprendizaje miércoles, 8 de diciembre de 2010

El cómic, o historieta, representa una de las formas más relevantes de comunicación, no sólo por las características que le son propias como medio gráfico – icónico – textual, sino también por su elevado componente artístico. Ambos aspectos, lo convierten en un instrumento vertebrador de muchos procedimientos que, en el caso de Educación Primaria, puede traducirse en aprendizajes y desarrollo de competencias. La práctica de la creación de historietas, como actividad, tiene la fortaleza suficiente como para encarnar un proyecto de aprendizaje considerable y a tener en cuenta.

En relación a la competencia en comunicación lingüística.

Habitualmente, encontramos el cómic enmarcado en el área de Lengua, por su significación como forma de comunicación. Los libros de texto suelen dedicarle una página (a lo sumo dos) planteándolo como técnica de expresión escrita. A través de las cuatro o cinco actividades aisladas que plantea la editorial, los alumnos ven el cómic como algo poco menos que anecdótico, dentro del vasto conjunto de contenidos. 

Sin embargo, el poderoso binomio imagen + texto, practicado de forma sistemática, enriquece las producciones escritas de nuestros alumnos, aumentando sus posibilidades expresivas. El lenguaje verbal y no verbal se equiparan, ayudando a concretar la abstracción de las ideas. Si “una imagen vale más que mil palabras”, imagen y palabras juntas valdrán el doble. Trabajar con viñetas o tiras de cómic ayuda a establecer mejor la estructura de una producción escrita (inicio, desarrollo y final), así como a dominar mejor el tiempo. Es común que los chicos, al escribir, se equivoquen con los tiempos verbales al no controlar claramente esta variable; el cómic puede llegar a solucionar este problema (o a minimizarlo). Expresarse creando una historieta también ayuda a definir y posicionar mejor al narrador; a no ser que el cómic cuente un hecho personal, el alumno utiliza más la tercera persona y conseguimos que no abuse de la primera, como es habitual en determinados tramos de la Primaria. Al mismo tiempo, favorece la utilización del estilo directo en los personajes (base del “diálogo”), animando y vivificando la historia a narrar.

Aunque en el cómic apenas hay descripción escrita, la inclusión de dibujos o imágenes ayudan al alumno a expresar mejor las condiciones de la situación, los rasgos, las características o la ubicación; hecho que a muchos alumnos, de forma únicamente escrita, les cuesta mucho. El cómic podría convertirse en el paso previo de una metodología de la descripción.

El que los alumnos utilicen correctamente los signos de puntuación, separen bien las ideas que escriben y, en definitiva, estructuren adecuadamente su discurso es el caballo de batalla de muchos docentes; y desgraciadamente, encontramos alumnos de ESO, e incluso Bachillerato, con serios problemas de expresión escrita. El cómic, en tanto que se expresa casi de forma telegráfica, ayuda a que el alumno haga más uso de las oraciones simples y no subordine constantemente, como encontramos en muchas redacciones, cuentos o escritos en general. También en este caso, las historietas pueden servir de paso previo a una metodología de la expresión escrita.

Conseguir un buen nivel de comprensión lectora y solucionar las dificultades que muchos alumnos presentan en este campo es algo que también se puede trabajar a través de la elaboración de historietas. Hacer un cómic de una lectura, de un poema o de un libro favorece el concretar mejor los detalles; y si la actividad se realiza en paralelo al proceso de la lectura (es decir, al tiempo que lee va elaborando el cómic), los avances en chicos con dificultades de compresión es notable.

En relación a la competencia en el conocimiento y la interacción con el medio físico.

El cómic, como forma de representación de lo ficticio, también puede ser de lo real. Conocer al ser humano física y socialmente, así como comprender las características, condiciones y problemas del medio son necesidades esenciales de cualquier persona.

Una manera efectiva de llegar a ese conocimiento es representándolo; en este caso, a través del cómic. Igual que hacían nuestros antepasados prehistóricos en las cuevas con sus pinturas, nuestros alumnos también deberían representar iconográficamente y de forma seriada la mayoría de los hechos relacionados con el mundo que les enseñamos en el colegio. Así, descubrimientos científicos, problemas medioambientales, hechos sociales, etc, pueden ser tema para una historieta, o una sucesión de ellas, en las que, además, los alumnos propongan y dibujen soluciones, combinando lo real con lo hipotético y factible. En definitiva, interactuar con el medio para comprenderlo, analizarlo y mejorarlo. A la luz de lo expuesto, convendrá conmigo en que no hay color entre leer simplemente la historia de las civilizaciones griega y romana, a comprenderla haciendo cómics en torno a su legado social y cultural; por poner un ejemplo.

La geografía tampoco se escapa al magnetismo del cómic. Los alumnos pueden realizar historietas sobre aventuras que tengan lugar en nuestro mundo y en los lugares recogidos en los mapas. Elaborar una ruta o un viaje a través de un cómic sería una actividad fantástica y apasionante; no hay límites para nuestra imaginación sobre esta posible aplicación. En el área de Lengua Extrajera, por ejemplo, su utilidad estaría fuera de toda duda.

Por otra parte, el cómic es una extraordinaria forma de trabajar la educación en valores… nos asombraríamos de cuántas formas distintas visualizan nuestros chicos conceptos como la paz, la coeducación, etc, y cómo pueden enriquecerse de la visión de sus compañeros en creaciones cooperativas.

En relación a la competencia Cultural y Artística.

El cómic, con su diseño, dibujos y estética está estrechamente relacionado con la representación artística. Al ser el arte un rasgo manifiesto de esta actividad, tiene implicaciones evidentes en el área de Plástica. Tanto de forma individual, con la creación de historietas por parte de un alumno, como de forma colectiva (elaboración de un libro – cómic en grupo, historieta – mural, etc) la actividad profundiza en el desarrollo de la expresión artística y, como consecuencia, de la realización personal. Los trabajos cooperativos, por su parte, refuerzan la identidad del grupo e incluso ayudan a solucionar conflictos.

Desde el punto de vista meramente procedimental, el cómic permite practicar diferentes técnicas plásticas, usar diversos materiales (desde las ceras hasta el collage, pasando por muchos otros), desarrollar conceptos como el control del espacio, la perspectiva en la bidimensionalidad e incluso la anatomía humana y animal, incluyendo la morfología de los objetos.

En relación a la competencia matemática.
   
En principio, cálculos, medidas, cuerpos geométricos, volúmenes, proporciones o simetrías son algunos de los aspectos que más de manifiesto se ponen a lo largo de la elaboración de un cómic. Pero, bajo mi punto de vista, donde más provecho se puede sacar de la creación de historietas en el área de Matemáticas, es en el proceso de resolución de problemas. Sabemos que visualizar lo que nos cuenta el enunciado de un problema a través de un gráfico o un dibujo ayuda a su resolución; pero ¿y si lo hacemos a través de un pequeño cómic o tira cómica? Pocos alumnos se paran a realizar un croquis o boceto sobre un problema que no entienden bien, quizás porque entramos en la vorágine de practicar y practicar haciendo problemas y de automatizar algoritmos. Probablemente, no sería operativo elaborar una historieta por cada problema que planteemos en clase de Matemáticas, pero sí con algunos problemas tipo que a los alumnos les costase entender especialmente.

En relación a las competencias para aprender a aprender y de autonomía e iniciativa personal.

He expuesto la utilidad del cómic para desarrollar la imaginación, visualizar y estructurar el pensamiento, concretar mejor lo abstracto, articular producciones escritas… todo ello constituye un desarrollo de los recursos personales tanto para expresarse como para percibir mejor y comprender conceptos a través de los procedimientos propios de la elaboración de historietas. La realización personal aumenta la autonomía e iniciativa propia.

En relación a la competencia digital y tratamiento de la información.

Con las aulas digitales en Primaria es posible elaborar cómics con el ordenador, tanto offline como online, con resultados muy buenos. La vía informática aumenta el abanico de procedimientos y, como consecuencia, de los aprendizajes que activa. No obstante, es recomendable combinar ambas formas de realización: la digital y la manual con lápiz y papel; de hecho, las dos deberían complementarse… la segunda como boceto de la primera. Esta idea nos permite introducir a los alumnos en la elaboración de storyboards y en la costumbre de crear primero un anteproyecto (o draft) de un trabajo; en este caso de un cómic. Es una forma de comenzar a acercarlos a la animación o al cine; procedimientos muy interesantes también para Primaria.

Como decía antes, no hace falta conexión a Internet para elaborar un cómic digital. Los alumnos cuentan en sus ultraportátiles con un programa de presentaciones de OpenOffice llamado Impress, donde es más o menos fácil montar una historieta o tira cómica. Los dibujos pueden realizarse en otros programas, también residentes en los ordenadores de los alumnos, como son KolourPaint, Gimp o Tux Saint. Este último es muy recomendable, en tanto que ofrece atractivas herramientas y posibilidades para el alumno de una forma muy clara y fácil de usar. Una vez creados los dibujos, pueden exportarse como imágenes para luego ser cargadas y montadas, como dije, en Impress.

Por otra parte, también hay programas de pago para crear cómics, como por ejemplo Comic Book Creator (para Windows).

Si decidimos trabajar online, con una buena conexión, las posibilidades se multiplican porque son muchas las herramientas en la Red para crear cómics, tiras de cómic o animaciones en tiempo real.

A continuación añado un listado bastante representativo de sitios web que podemos utilizar con los alumnos.

Finalmente, y para terminar este artículo sobre la utilidad del cómic en Educación, debo mencionar una variación llamada “fotonovela”, basada en la técnica del cómic, pero usando fotografías en las que los personajes son personas reales que posan en cada una de las escenas. Es, sin duda, un medio muy interesante que merecería tratarse profundamente en un post aparte. Igualmente relacionado, aunque muy distinta, es la práctica denominada digital storytelling, o narrativa digital; procedimiento también muy poderoso para crear y elaborar historias.

Sería interesante conocer la experiencia de otros docentes con el cómic en Educación Primaria, por lo que animo a los lectores a dejar su comentario, opiniones, actividades en las que suelen utilizarlo o proyectos de aprendizaje que hayan desarrollado basados en este interesantísimo medio comunicativo y artístico.

Imagen "Comic-sketch", extraída de Wikimedia Commons.